Con motivo de la celebración del Día de las Librerías hoy viernes 13 de noviembre, hemos querido recopilar algunas frases y fragmentos dedicados a las librerías y al oficio de librero. Se trata de nuestro pequeño homenaje a este sector imprescindible en el ámbito de la cultura.
“Entré en la librería y aspiré aquel perfume a papel y magia que inexplicablemente a nadie se le había ocurrido embotellar.”
El Juego del Ángel – Carlos Ruíz Zafón
“Las culturas no pueden existir sin memoria, pero tampoco sin olvido. Mientras que la biblioteca se obstina en recordarlo todo, la librería selecciona, desecha, se adapta al presente gracias al olvido necesario.”
Librerías – Jorge Carrión
“Tomó al azar un libro de su estantería. Lo abrió por la primera página, empezó a leer y sonrió. Pasó la página, siguió leyendo y se dejó caer sobre su sillón para deslizarse hacia abajo y acabar sentado en el suelo. Su sonrisa se ensanchó. No se trataba de un libro divertido, de hecho, estaba muy lejos de serlo, pero aquel era el efecto que los libros causaban en el librero. Es más, ese era el motivo por el que se había hecho librero.”
El librero – Regís De Sá Moreira
“¡Oh! Este hombre era feliz, feliz en medio de todo este saber del que apenas comprendía el contenido moral y el valor literario; era feliz, sentado entre todos estos libros, paseando los ojos sobre las letras doradas, sobre las páginas gastadas, sobre el frío pergamino; amaba el saber como un ciego ama el día. ¡No! No era exactamente el saber lo que amaba, era su forma y expresión; amaba un libro porque era un libro…”
Bibliomanía – Gustave Flaubert
“- ¿Por qué cree que abrir una librería es inverosímil? - le gritó al viento -. ¿La gente de Hardborough no quiere comprar libros?
- Han perdido el deseo por las cosas raras - dijo Raven mientras seguía limando -. Se venden más arenques ahumados, por ejemplo, que truchas que están medio ahumadas y tienen un sabor más delicado. Y no me diga usted que los libros no constituyen una rareza en sí mismos.”
La librería – Penélope Fitzgerald
“Nunca estuve preparado para ser librero. Casi nadie lo está cuando comienza a serlo. Tan solo me senté en mi silla, rodeado de libros, creyendo que de eso se trataba. Luego empezaron a pasar cosas. Por eso tuve que conseguirme un loro, una linterna y aprender latín, griego, kárate y alpinismo.”
Memorias secretas de un librero – Ángel Pérez Martín
-13/11/2015-