El “terror” como género literario empieza a definirse a partir de mediados del siglo XVIII. Su formato y rasgos característicos quedan relativamente establecidos en la época georgiana con la aparición de la novela gótica anglosajona, precursora de lo que hoy entendemos como narrativa de terror.
La literatura gótica incorpora elementos románticos y medievales y se distingue por atmósferas de misterio e intriga, junto con una ambientación donde abundan edificios en ruinas, cementerios, bosques sombríos, casas o castillos encantados, etc. En las diferentes tramas predominan los sucesos extraños, acontecimientos sobrenaturales o las maldiciones, e intervienen personajes siniestros y atormentados que han de convivir con seres fantasmagóricos, fantásticos y monstruosos. Todos estos componentes se combinan conformando un clima angustioso y melancólico, donde las emociones juegan un papel fundamental.
Sería en 1764 cuando Horace Walpole publica la que se considera la primera novela gótica de la historia: El castillo de Otranto. La obra se desarrolla en la Italia medieval y narra la historia de Manfredo, señor de Otranto, quien organiza el casamiento de su hijo Conrado con la joven princesa Isabella. Sin embargo, como resultado de una antigua maldición que persigue a la familia, poco antes de la boda, Conrado muere de manera misteriosa. Manfredo, que ve así frustrados sus planes para perpetuar su estirpe, decide abandonar a su mujer y casarse con Isabella, quien podría procurarle descendencia. Pero Isabella, conocedora de los planes del señor de Otranto, escapa con la ayuda de un campesino, que tampoco resultará ser quien parece.
Esta trama se acompaña y continúa con sucesos sobrenaturales e inesperados, decorados sombríos, enrevesadas maquinaciones y numerosos enredos. Tal vez no se corresponde exactamente con lo que actualmente reconoceríamos como una novela de terror, probablemente ya no aterrorice ni haga temblar, pero sí es cierto que El castillo de Otranto significó el inicio de un género literario que sentó las bases e impulsó la existencia de la literatura de terror contemporánea.
-30/10/2015-